La Unión y recuperación de un club de barrio
- Juan Cruz Ramallo
- 4 mar 2019
- 3 Min. de lectura
Un robo que se llevó más que dinero, y una gran familia que da todo su esfuerzo y más para cumplir un sueño colectivo. Conoce la historia de Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó.
Es sábado, son las once de la noche y se realiza la primer matinée del 2018 en la sede del Club Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó. De un lado de la barra chicos bailan y se divierten, del otro lado se encuentra Juan. Ya son tres horas que se encuentra ayudando y el aburrimiento empieza a aparecer, pero un impulso lo alienta a seguir, el amor por su club barrial. Podría estar preparándose para salir o en un asado con amigos pero juan decidió quedarse a ayudar en la matinée. “Paso cuatro horas por día en el club, en ocasiones todo el día. Aquí juego al rugby con mis amigos desde el 2008, ya son once años. Me gusta colaborar con las categorías infantiles y en diferentes eventos. Mi mamá trabaja en la boutique vendiendo ropa y mi papá hoy en día entrena a categorías infantiles. El club para mí es familia”, relata el joven. Sus compañeros también están ahí. Todos para dejar atrás aquella fatídica noche.
Era verano y el club se encontraba casi vacío, las actividades se encontraba en receso. Solo la colonia, la pileta y el gimnasio se encontraban abiertos. Por la noche reinaba la soledad. Pero una noche esa soledad se rompió. Era la madrugada del 9 de enero cuando tres delincuentes entraron a la sede del club G.E.I. en la calle Lavalle 1151 con el objetivo de robar dos millones de pesos que se encontraban en una caja fuerte. Con armas de fuego, pero sin hacerle daño, ataron al sereno Oscar, y con unas herramientas especiales hicieron un hueco en la pared de una baño que daba al cuarto donde se encontraba el dinero. Lo que los ladrones no sabían es que no solo se llevaban plata, sino que también la esperanza y la ilusión de crecer de un club barrial.
Esa noche fue un cambio en la responsabilidad y el amor por el club de los socios, entendieron que no le habían robado al club, le habían robado a ellos. Ese fue el motivo por el cual el club en el transcurso del año creció y pudo acomodarse económicamente. Algunos socios abonaron por adelantado y otros se agregaron al débito automático, eso fue lo que hizo ordenar las cuentas. Pero eso solo no alcanzaba, necesitaban dinero para su nuevo predio.
Este nuevo predio significa mucho para el club, fue una larga lucha por obtenerlo. El 21 de diciembre de 2017, después de tanta perseverancia y esfuerzo, se firmó el acuerdo con la Ciudad de Buenos Aires, y se obtuvo el terreno que se encuentra en el hogar Martín Rodríguez en Ituzaingó Sur y consta de 4,8 hectáreas. El predio actual donde se practica Rugby y hockey, en las calles Almagro y Grecia, solo tiene dos canchas de rugby y una cancha de hockey cinco. El nuevo predio, en cambio tendrá tres canchas de rugby y una cancha de once de pasto sintético, la cual serà la primera en la historia del club. Esto permitirá un avance gigante en estos deportes. Es por eso que se realizaron diferentes eventos donde jóvenes como Juan y sus compañeros asistieron para ayudar. La “Toro Fest” y la “Toro Teens” fueron los eventos que más dinero juntaron, también el estadio fue alquilado para acontecimientos especiales y no por ser ajenos al club los chicos descansaron, participaron y dieron su tiempo al buffet del mismo. Dejando de la lado muchas cosas por hacer.
Ha pasado poco más de un año la comisión busca respuestas a lo ocurrido. Los circuitos administrativos se mejoraron así como la seguridad, y se busca no tener esa suma de dinero en el club. Pero la justicia no da respuesta de algún avance en la investigación. A poco más de un año del penoso suceso el club de zona oeste se encuentra con su economía ordenada y sigue con sus eventos recaudando dinero para su nuevo predio, el cual no tiene presupuesto porque se realiza en etapas, y qué espera tener dentro de menos de 5 años, para que los jóvenes como Juan, quien describe al club como su segunda casa, puedan disfrutar como consecuencia a todo sus esfuerzos. En la mente de la comunidad el suceso no desaparece, y aunque esa noche la quieren dejar atrás, siguen buscando respuestas, la esperanza de la gente no desaparece. Eso los hace no frenar, siguen esforzándose y dejando muchas cosas de lado por el club. Los socios describen al G.E.I. como una familia, esfuerzo, lucha, sacrificio, sin dudas un club histórico de zona oeste que creyó en que un robo no es caída y juntos salen hacia adelante.
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